sábado, 30 de diciembre de 2017

FELIZ FIN Y COMIENZO

Yo soy yo y mis circunstancias.
Las casualidades no existen.
Todo pasa por algo.
Aceptar la realidad no es conformismo, es pura estrategia de supervivencia.

Llorar está infravalorado. 
Sonreír también.
Nunca es tarde para nada.
Si quieres, a veces no puedes, pero es emocionante mientras lo intentas.

Los abrazos lo curan y lo dicen todo.
Las carcajadas por absurdeces son terapéuticas. 
Buscar excusas para reír es inteligente.
Mirar con ojos de querer ver es la clave de todo.

Todos llevamos nuestra mochila cargada de experiencias. Algunas horribles, otras mucho más placenteras. Y todas y cada una de nuestras vivencias han tatuado en nuestra mirada la manera que tenemos de ver la vida. Por eso es injusto juzgar al de al lado por su manera de hacer y ser, incluso cuando sus maneras están jodiéndote vivo. Lo más justo, y lo más complicado, es simplemente saber decir "hasta aquí" y no pasar al terreno de juego del que lo hace sucio, pero sin juzgar, que bastante tenemos cada uno con lo nuestro.

Aceptar el bofetón de realidad muchas veces es complicado, tremendamente doloroso y aparentemente injusto. Querer salir corriendo es algo mucho más normal de lo que puede parecer, y si en el momento que así lo sentimos, saliéramos a la calle huyendo sin rumbo fijo, descubriríamos que ni en las desgracias, ni en el miedo, ni en la tristeza estamos solos. Todos tenemos momentos de querer esconder la cabeza bajo tierra y desaparecer, pero todos vivimos la imposibilidad de hacerlo, gracias al universo.

A este año que acaba tengo que echarle en cara haberme quitado a otra de las personas de mi vida. Porque a esto no consigo verle la parte positiva, ni creo que me ayude a crecer en ningún aspecto; básicamente porque lo único que hace es vaciar una parte de mí, y el hueco permanece grabado a fuego in eternum, como los otros que ya tenía.

A este año que se larga en breves sí tengo que agradecerle el haberme permitido crecer en muchos aspectos, y haberme hecho aterrizar en otros muchos. He seguido aprendiendo a perdonar a aquellas personas que me han herido, que no es fácil, pero la verdad, alivia lo que no está escrito.

A este año le agradezco haberme permitido mantener a todas las personas bonitas que ya había en mi vida y que me aportan, y suman, y me llenan, aun desde la distancia y la imposibilidad de vernos tanto como quisiéramos o como deberíamos y demás.
Le agradezco haberme permitido afianzar la amistad con aquellos que llegaron hace no tanto, pero que se han convertido en fundamentales en mi día a día, y sin los que tampoco sería la que soy justo ahora mismo.
Le agradezco haberme permitido conocer, y que quieran quedarse, gente nueva de corazón bueno y sonrisa sincera, que se ha hecho hueco por méritos propios en mi lista de "personas que conservar".
Le agradezco que me haya dado el valor para seguir planteándome retos, y la suerte de tener bien cerquita del alma con quien compartirlos, con quien pelearlos y con quien disfrutar de cada pedrusco del camino.
Le agradezco el haber mantenido mi espíritu de querer seguir aprendiendo y reinventándome, de seguir haciendo, cumpliendo sueños y marcándome metas.

Y sobre todo le agradezco el haber seguido llenando mi mochila, de bueno y malo, de positivo y negativo, de placer y sufrimiento; porque en la balanza de la suerte, sé que soy afortunada de ser lo que soy, estar donde estoy y tener a quienes tengo, de haber llegado hasta donde he llegado y haber peleado por ser feliz a pesar de todo, y todos, con la tranquilidad de no haber pisado a nadie en el camino, de haber sabido levantarme en cada caída, de haber llorado mucho, de haber sonreído siempre y de seguir haciéndolo por saber la suerte que tengo de, simplemente, estar viva.

Con todo esto, que ya es mucho, sólo puedo desear:

FELIZ FIN DE 2017 Y COMIENZO DE 2018.

(Gracias por ser, estar y no sólo parecer)

viernes, 29 de diciembre de 2017

Con ojos de querer ver

Nuestro entorno está lleno de lugares maravillosos, sólo hay que mirar con ojos de querer ver.
Lo mismo pasa con las personas.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Reírnos hasta de nuestra sombra

La vida es un puñetero contraste.
La definición perfecta de balancín, montaña rusa o tobogán.
Todo el tiempo subiendo y bajando, para no aburrirnos.

La vida va de despedir para siempre a alguien a quien quieres con toda tu alma, el mismo día que uno de los grandes amores de tu vida cumple años. 

Y cuando tu vida es una subida y bajada de pendientes continua, a lo largo de los años, aprendes a reírte hasta de tu sombra. Y a encontrar el buen humor hasta debajo de las piedras.

Querer aparcar en el puerto, equivocarte de entrada y ver que vas a acabar en el Perelló como no reacciones pronto. Y solucionarlo con un par de trampas viales esperando que no mire nadie... pero es que la reunión del cole "sólo" ha acabado media hora más tarde de lo previsto, y dar una vuelta a la provincia justo ahora no te viene bien.

Como a tu tía le gustaba ir siempre arreglada, y a tu padre le encantaba verte guapa, decides pintarte los labios para darle algo de color al careto que llevas, sin maquillar. Te pones a rebuscar en el bolso sin mirar y, con las prisas, sacas el corrector de ojeras que tiene la misma forma que la barra de labios. Te empiezas a pintar los morros con ímpetu, te miras al espejo para acabar la faena y ¡casi te infartas de la pinta de Miércoles Adams que llevas! Ahora sí: This is Halloween! Suerte de toallitas que te dejaste ayer en el coche...

Ir al cementerio por el circuito de F1 y aprovechar para hacer pole... Era inevitable. Y derrape no, porque había demasiado público. Conste en acta que después de recibir los "vítores" de la familia, he sabido que alguno más también se ha venido arriba. Y digo yo, que eso lo pagamos todos los valencianos y yo aún no lo había estrenado.

Estar llorando, y con un nudo gordo en el estómago, mientras cierran de nuevo el nicho familiar, y que al sepulturero le suene "Per ofrenar noves glòries a Espanya..." en el móvil. Un puntazo. Mirar a tus primas y a tus hermanos y seguir llorando, pero de risa. Y que esa anécdota se convierta en la nota de humor que, los que ya no están, nos han mandado de colleja, para que nos dejáramos de dramas y volviéramos a ser nosotros. 

Ir camino de casa y acordarte de que, obviamente, has olvidado pedir el justificante de asistencia a la sepultura de las cenizas (triste, pero cierto, y muy dentro del marco de la legalidad). Volver al cementerio y pedirle al bedel, que aún debe estar contándole la anécdota a todo el vecindario, que te justifique por favor que es verdad que estabas allí, y no de compras... Un motivo más de risa, por lo casi "Tim Burtoniano" del asunto, básicamente.
Eso sí, ya que he repetido viaje al cementerio en balde... He vuelto a hacer pole. Creo que el bedel ha dado aviso a la organización para que cuenten conmigo en el próximo circuito de F1.

Y de esto va la vida. 
De aprender a reírnos hasta de nuestra sombra, en las circunstancias más adversas y a pesar de ellas. 
De intentar conseguir la pole en todo lo que hacemos o, al menos, disfrutar mientras lo intentamos. 

Que con humor y una sonrisa, hasta los días negros te devuelven un poquito la luz.

Buen viaje, tía. Dale mil besos a papá.

Te prometo que en la próxima quedada brindaremos con vino, que hoy, con las prisas, nadie ha llevado copas.

Y no, hoy para mí (y los míos) no ha sido un día nada fácil... Pero aun así, sé que somos muy afortunados. Porque nos tenemos.

lunes, 23 de octubre de 2017

Nos sobra INHUMANIDAD

Nos faltan abrazos.
Nos faltan besos.
Nos faltan caricias...
Sonrisas sinceras.
Palabras amables.
Miradas amigas.

Nos falta empatía.
Nos falta honradez.
Nos falta humildad.
Nos falta CORAZÓN.

Nos sobra rencor.
Nos sobra prepotencia.
Nos sobra envidia.
Nos sobra competitividad.

Nos sobra odio.
Nos sobra egoísmo.
Nos sobra falsedad...
Malas palabras.
Malas maneras.
Mala baba.

Nos falta SENSIBILIDAD.

Nos sobra INHUMANIDAD.

Tendremos que cambiar de especie y pasarnos a la animal, si queremos que este mundo dure tiempo. 

Porque así, con toda esta sarta de falta de todo y sobra de tanto... Lo de "un mundo mejor" no será más que el sinónimo perfecto de "utopía". Aunque, a este ritmo, tal vez no sea ni su sombra. 

jueves, 19 de octubre de 2017

4 o toda una vida

Hoy me he venido aquí a verte.

Necesitaba hablarte, escucharte en el mar y llorarte.
A veces una no llora cuando quiere, sino cuando le dejan.

Pintamos tu ausencia de rojo vino y la escribimos con nombres de bandas míticas en camisetas con americana. Pero la realidad es... que me gustaría que quien me hubiera dicho hoy que estoy guapa no fueran otros más que tú, cuando al llegar a tu casa me hubiese sentado en tu viejo sofá.

Y a pesar de todo hoy no he dejado de sonreír. A mi suerte. A ti. A tu recuerdo. A todo lo que soy por parecerme a ti. A tu amor por la vida y tu valentía siempre, a pesar de las putadas que te tocaron en la tómbola de la vida.

A veces me da pánico pensar que voy a acostumbrarme a tu ausencia eterna. Y sé que se trata de eso, pero es como el miedo a perder lo que ya has perdido porque aún guardas la esperanza de que sea mentira que ya no es o no está.
Es complicado. Pero tú seguro que me entiendes. Tengo la misma cabeza cuadriculada que tú para muchas cosas.

Hoy me he venido aquí a quererte cerca. A buscar un poquito de ti, con la esperanza casi infantil de que me hicieras alguna señal.
Y claro, he llorado. Te he llorado. Junto a tu mar. Junto a tu querido Mediterráneo.

Joder papi. Si yo sólo soy una cría...
Sólo soy una cría.

4 sin ti. O toda una vida.

Te echo de menos.

Hasta la luna y vuelta.

sábado, 7 de octubre de 2017

VEINTISIEMPRE. Gracias.

La edad es un número.

La física digo. 

La edad mental, un estado.

Siempre me han puesto menos años de los que me tocaban. No sé si por mi tamaño comprimido, a lo libro edición de bolsillo.

Hoy cumplo 40. 

40 otoños. Con sus 40 inviernos, primaveras y veranos.

40 x 365 días vividos intensamente.

40 x 365 x 24 horas exprimidas al máximo.

40 x 365 x 24 x 60 minutos de los que, buenos o malos, no cambiaría nada más que la posibilidad de hacer eternos a mis padres, que no me van a ver cumplirlos, y a los que añoro cada día. Y a una buena amiga que también marchó para siempre y que, este año, por primera vez, no me enviará su mensaje de Happy Bday desde el otro lado del charco.

40 x 365 x 24 x 60 x 60 segundos disfrutados, sufridos, reídos y llorados.

Cumplo 40. Y hace ya unos cuantos que aprendí que la vida, a veces, juega malas pasadas. Hablemos en plata: a veces es puta. Y es por eso que sostengo, firmemente, que la vida es una actitud. Y me lo creo.

40 que me han hecho valorar cada oportunidad de caer, levantarme, crecer y volver a caer. Sin ayuda. O con ella.

40 que me han regalado la suerte de vivir la vida junto a personas tremendamente bonitas, y tenerlas en mi casa y fuera de ella. Personas que han ido llegando de manera discreta y casual y se han ganado una buena parcela en mi corazón, tremendamente ñoño y exagerado casi siempre.

40 que me han enseñado quién sí, quién no o quién nunca más.

40 llenos de errores, aciertos y dudas, unas cuantas.

No. Esto no es un balance, bonicos. Eso lo hacen las personas mayores. Y yo hoy cumplo VEINTISIEMPRE. Vamos, una pipiola.

Esto es sólo un texto de agradecimiento a todas esas personas que, con su paso por mis 40 otoños, han ido enseñándome de qué va esto de vivir, porque me guste su actitud ante la vida y su manera de relacionarse con sus iguales, o justo todo lo contrario. 

Y en esto de enseñarme incluyo a mis hijos, que son de los que más aprendo cada día, por irónico que suene.

Así que GRACIAS. DE CORAZÓN. GRACIAS MIL UN MILLÓN. ❤

Hay una frase que me gusta mucho y que, para mí, refleja perfecto de qué va esto de cumplir años y vivir: YOU CAN'T STOP THE WAVES, BUT YOU CAN LEARN TO SURF.

Y ahí andamos, aprendiendo a surfear. 

Que nada es casualidad, y todo pasa por algo.

A por 40 más con muchas olas. 

VEINTISIEMPRE. ¡GRACIAS! 😉

domingo, 24 de septiembre de 2017

¿Pasillo o ventanilla?

Los adultos estamos mal programados. 
Debe ser eso.
Aleccionamos a los más pequeños, y a los que son más jóvenes que nosotros, y los machacamos con supuestas normas básicas de convivencia y educación. 
Y luego nosotros... ¡Nos las saltamos todas! ¡Olé!
Eso es humor, y lo demás son tonterías. Somos muy cracks. No encuentro mejor definición.

Se nos llena la boca de: respeto, empatía, tolerancia, vive y deja vivir, pregunta antes de juzgar, alégrate por el otro, evita los chismorreos, no critiques de manera destructiva, no mientas sobre otra persona, beneficio de la duda... 
BLA. 
BLA. 
BLA.

¿En serio?
¿Y en qué momento hemos dejado nosotros de creernos todas esas milongas y hemos pasado a hacer todo lo contrario, para esto de crear un mundo mejor y tal?

Nos jode que el de al lado triunfe. 
Nos jode que al de en frente le vaya bien sin más. 
Nos jode que nuestra amiga sea un bellezón. 
Nos jode todo, leñe. (Casi) TODO LO QUE TIENE QUE VER CON LA FELICIDAD AJENA.

Y aún así seguimos vendiéndole la moto a los pequeños de que "entre todos tenemos que conseguir un mundo mejor". 😂😂😂😂😂😂😂😂😂😂😂😂😂😂
Pero si no somos capaces ni de solucionar nuestras pequeñas diferencias hablando... ¿Cómo pretendemos alcanzar la paz mundial?
Somos una auténtica panda de cachondos, que en algún momento se creyeron todo eso del respeto y la empatía, y que en algún otro momento se desprogramaron y el circuito interno empezó a dar error. Y así nos va.

En serio. Pero si no cuesta nada absolutamente alegrarse por el otro. Ni dejar de criticar su manera de vestir o caminar. Ni dejar a un lado nuestra (valiosa) opinión sobre su físico. No cuesta nada VIVIR Y DEJAR VIVIR. 
No cuesta nada que la sonrisa sea sincera y que, si no lo es, se quede en la recámara.
No cuesta nada aceptar que la alegría del de al lado es una suerte, la suya, y que es independiente de la nuestra.

NECESITAMOS SER REPROGRAMADOS CON URGENCIA.

¿Algún experto/a en la sala?

Nuestra carpeta "Bondad porque sí" debe haber sido combinada con la de "Egoísmo elevado a la máxima potencia" y, últimamente, andamos cortos de buenas intenciones.
Parece ser que nos asusta que el resto de la humanidad sea feliz, triunfe, avance, disfrute y sonría mucho. Nos crea inseguridad.

Parece que cuando somos adultos nos convertimos en todo eso que no queremos que se conviertan nuestros pequeños...

Y yo paso de contagiarme. Así que estoy fletando un zepelín destino NUNCA JAMÁS. 
Si queréis una plaza, mandadme un privado indicando si pasillo o ventanilla.

Eso sí, parto en breve, no sea que mi circuito sea hackeado y me convierta en "adulta" para siempre.

sábado, 9 de septiembre de 2017

Bowie girls

¿Por qué asusta una mujer que huye de clichés? 
¿Porque no es dócil?
¿Porque no claudica?
¿Porque se revela?
¿Porque pelea?
¿Porque no tiene miedo a luchar?
¿Porque va de cara? 
¿Porque dice lo que piensa y lo que siente?
¿Porque no sigue modas?
¿Porque no depende de la aprobación del de enfrente?
¿Porque se gusta sin más?
¿Porque se permite dudar? 
¿Porque no se ata?
¿Porque no echa raíces?
¿Porque para ella madurez no es sinónimo de quedarse estancada?
¿Porque se atreve?
¿Porque está en continuo movimiento?
¿Porque no pertenece a nadie más que a sí misma y a sus principios?
¿Porque cree en sí misma y en sus posibilidades?
¿Porque sabe aguantar la mirada?
¿Porque camina siempre hacia delante y si da un paso atrás es sólo para coger impulso?
¿Porque su fuerza es atemporal?
¿Porque es camaleónica y se adapta a cada momento?
¿Porque puede ser todo lo versátil que quiera?
¿Porque nunca deja de errar para aprender?
¿Porque tiene las cosas claras?
¿Porque no es débil?

¿Por qué, aún hoy, asusta una mujer que, simplemente, es... MUJER?

lunes, 4 de septiembre de 2017

Todo son ventajas

Hace unas semanas, un amigo, bastante más joven que yo, me preguntó por las ventajas de ser mayor. 
Nunca le di respuesta. 
Pero no porque no encontrara ventajas, sino porque entendí mal su planteamiento. 
Llevo unos días pensando sobre el tema a raíz de una conversación que tuve con mi hermana, y desde entonces mis neuronas han recopilado, por fin, todas esas razones por las que me encanta el momento en el que estoy, o por las que no volvería a los veinte.
¿Ventajas de ser mayor? O al menos de tener mi edad... MUCHAS.
Mis 39 años llegan a su fin en poco más de un mes. Si pienso en lo que implica a nivel de tiempo vivido, paraliza. Pero no porque sea mucho, sino porque ¡ha volado! ¡Qué empeño en correr tanto!
Y creo que esto es lo único a lo que no le veo beneficio, que cada vez el tiempo es más corto. Y eso sí impacta. 
Por lo demás, como decía, todo son ventajas.
La experiencia es la primerísima de ellas, obvio. Experiencia en prácticamente todo, porque es una edad en la que has vivido suficiente como para haber experimentado y probado lo que te ha dado la gana, en todos los ámbitos y aspectos de tu vida, por lo que tienes bien clarito qué quieres, con quién y cómo. 
Es una edad en la que también los de tu alrededor han vivido lo suyo, y algunos, quizás los más importantes, incluso han dejado de vivir. Esta parte es una putada. Lo siento, por lo soez. Pero si tú que me lees has perdido a alguien a quien adorabas, entenderás que putada es suave para describir lo que se siente, cuando sucede y cada día que pasa y ellos no están.
He vivido casi 40 años con ventajas tan grandes como saber decir sí cuando quiero decir sí, y no cuando quiero decir no. Cuando quiero o cuando debo querer. Pero con la fuerza suficiente como para tomar una decisión y llevarla a cabo sin dudar, aunque llegar a ella cueste. Asumir y seguir.
Ventajas como dejar todos los prejuicios y juicios absurdos a un lado y dedicarme a vivir y dejar vivir, sin fastidiar al de al lado, o al menos intentando no hacerlo. 
Ventajas como saber que si se quiere a alguien, se le quiere. Punto pelota. No se quiere más, o menos. Se quiere bien. Y te das entera sin medir. Porque lo otro es simpatizar. Que es bien diferente.
Ventajas como abrazar y besar de verdad, porque sólo abrazas y besas fuerte a quien te da la real gana. Pasas de compromisos y de quedar bien, que para eso ya has estado unos cuantos años siguiendo normas sociales de relación que no compartías. Abrazar mucho. Mucho más que besar. Porque sabes que los abrazos permanecen, y los besos... 
Ventajas como no tener miedo a que te guste la soledad. Ni miedo a buscarla. Ni miedo a exigirla y enseñar a que se respete.
Ventajas como gustarte. Sin más. Toda tú. Por dentro y por fuera. Porque, al final, son tantos años contigo misma que aprendes a valorar la suerte de ser tú y estar contigo. 
Ventajas como saber que sonriendo todo es más fácil, hasta lo jodidamente difícil. Porque si sonríe tu boca, se copia tu alma. Y a ésa no hay quien la pare. Porque sabes que tu sonrisa puede todo, con todo y con todos. Derrota muros, y si se cierran puertas, abre ventanas.
Ventajas como que vuelva a salir tu lado más "yo", sin más, sin añadidos, sin pareja ni hijos, y vuelvas a reconocer tus locuras, tus sueños, tus ganas de aprender todo, tu necesidad de ponerte metas y superar retos... Y que, curiosamente, sean los mismos que cuando tenías 20, pero con mucha más experiencia. Y eso, obvio, lo hace todo mucho más interesante.
Ventajas como saber que el día a día cuenta más que nada, que hacer feliz a quienes amas por encima de todo, tus hijos, es el aquí y el ahora, y que eso anula cualquier otra prioridad porque te da la gana, no porque estés obligada o lo marque ninguna ley natural.

VENTAJAS.

Como no tener miedo a decir te quiero, a ser sincera, a hablar sin tapujos de sentimientos, a llamar a las cosas por su nombre y a no poner nombre a las cosas, a mirar con el corazón en las pupilas, a apasionarme por tonterías, a sonreír con la mirada, a hablar con la sonrisa, a convertir los minutos en horas, a que todo cuente pero nada amargue, o amargue lo justo.
Ventajas como no tener miedo a VIVIR. Sabiendo todo lo que sé, que es mucho más de lo que creía saber cuando tenía veinte, y mucho menos de lo que sabré en unos veinte más. Pero con la ventaja añadida de que ahora soy consciente de lo mucho que me queda por aprender y de que ni lo sé todo, ni lo he vivido todo, ni lo he sentido todo... Ni he madurado todo lo que tengo que madurar. 
Porque hace veinte años creía que me comía el mundo. Y resulta que, veinte años después, descubro que el mundo me lo estoy empezando a comer ahora. 

Así que... ¿Ventajas de ser mayor? 
Muchas. 
Sobre todo si miras la vida desde tu versión de niño. 😊

jueves, 17 de agosto de 2017

Cuidado con vivir

Miedo a vivir y que nos duela. 
A vivir intensamente, aunque la intensidad nos desgarre el alma un poquito.
Miedo a sentir y que nos duela.
Miedo a querer y que nos duela.
Miedo a abrazar y que nos duela.
Miedo a soñar... ¡Y que se cumpla!

Dicen que soñar es gratis. 
Y ahora me dirás que sufrir por no alcanzar lo soñado no lo es, porque pasa factura.
Cierto.

Pero yo no quiero pudrirme sin anhelos, sin metas, sin intentos, sin proyectos, sin SUEÑOS.
Si escuece es porque siento.
Si siento es porque estoy VIVA.

Querer con todas mis fuerzas va conmigo y no puedo cambiarlo. 

Bastante mierda hay por ahí repartida como para no abrazar, besar y respirar con pasión a quienes entran en mi vida y compran en ella un hueco tan sólo con su sonrisa limpia.

Así pues...
Amo.
Abrazo.
Beso.
Miro.
Sonrío.
Sueño.
Proyecto.
Imagino.
VIVO.

Intensamente.

Como si mañana fuera ayer.
Como si el tiempo se parase para siempre cada noche.
Como si mañana ya no es.

Yo sueño...

E intento que lo que sueño... Sea mi VIDA.

martes, 25 de julio de 2017

Abecedario encubierto II

M ientras
I ntentas
R etrasarlo
A lgo
D ice:
A hora

Así que... Simplemente: HAZLO.


Abecedario encubierto: M. I. R. A. D. A

M ientras
I ntentas
R etrasarlo
A lgo
D ice:
A hora

Así que... Simplemente HAZLO.

miércoles, 5 de julio de 2017

TE QUIERO


Nos decimos muy poco lo que sentimos.
Parece que ser emocional no se lleva o no está bien visto.
Los te quieros nos dan miedo por si el otro se los cree.
Si expresas sin reparos lo que sientes, eres moñas. 
Y llorar es de blandos.

TE QUIERO.

Así
Sin tapujos. 
Porque sí.
Porque no puedo no hacerlo.
Porque no pretendo evitarlo.
Porque quererte me aporta y suma.
Porque tenerte cerca es un regalo.
Porque mirarte y comunicarnos sin mediar palabra es inmenso.
Porque intercambiarnos las sonrisas y que el día cambie de gris a amarillo limón es una suerte.

TE QUIERO.

Así. 
Sin condiciones.
Porque sí.
Porque no puedo no hacerlo.
Porque no pretendo evitarlo.
Porque un día nos cruzamos y se enredaron nuestros hilos, y he pasado de intentar desenredarlos.
Porque soy egoísta y quererte me hace sentir bien.
Porque compartir momentos contigo me hace crecer.
Porque me haces reír.
Porque me obligas a aterrizar.

TE QUIERO.

En plan moñas. No me importa.
En plan blando. No me importa.
En exceso emocional. ¿Y qué?

Nos decimos muy poco lo que sentimos.
Y nos olvidamos de que el amor es el motor del mundo. Que, por cierto, cada vez gira con más dificultad.

TE QUIERO.

INFINITO.

Aunque ya no se lleve decirlo...

jueves, 15 de junio de 2017

Mafalda a los 40

Mi amiga Cris, a la que adoro, me dijo el otro día que soy una "motivada de la vida". Al principio, nos dio mucha risa el concepto, al menos a mí. Pero la verdad es que, si lo analizo, creo que tiene razón.
No sé hacer las cosas sin pasión. Lo que empiezo lo hago dejándome la vida en ello. Cosa que a veces me lleva a desgastarme antes de tiempo y dejarlo inacabado. Pero tengo la teoría de que si no lo pruebo, no sé si me gusta, me es indiferente o se va a convertir en otra de mis pasiones.
Con las personas me pasa igual. Soy bastante insociable así a bote pronto. O según mi amiga Cris, socialmente selectiva. No lo sé. Sólo es que no necesito trescientos billones de gente a mi alrededor, me quedo con unos poquitos con los que pueda ser yo misma. Es por eso que cuando me doy, lo hago del todo. Así, a lo intenso. 
Porque sí algo me ha enseñado la vida en mis casi 40 años es que ayer no vuelve, que lo que me quedé con ganas de hacer se quedó estancado en ese momento, y después ya no tiene sentido, y que esa persona que paró en el ayer tampoco volverá, por mucho que yo me empeñe. Que los besos que no pude dar y los abrazos que quedaron pendientes... Ya no podré ni darlos ni completarlos. Y esas ausencias crean un vacío duro de llevar a no ser que le pongas muchas ganas a la vida.
Tal vez sea por eso que yo no sé querer a medias. No me sale. 
Quiero intensamente, como la vida. Estés en mi vida hace dos días o lo estés hace dos décadas, si te quiero: TE QUIERO. Punto. Sin matices.
Tampoco sé decir las cosas a medias. Las verdades a medias son chapuzas. Si he de decir algo, mejor de frente. Sin heridas, que tampoco es necesario. La diplomacia y el respeto pueden ir de la mano de la sinceridad y la naturalidad sin ningún problema. Necesito actuar como me gustaría que lo hicieran conmigo, nada más. Aun sabiendo que las relaciones con otros no siempre funcionan como un boomerang.
Pero soy feliz así. También sufro siendo así. Claro, aquí no todo es blanco o negro.
Ser una intensa de la vida está lleno de matices, y en esa gama siempre hay alguno que hace estragos. Y tengo días tontos. Y días feos. Y días de "paren el mundo que yo me bajo", a lo Mafalda.
La intensidad, algunas veces, me lleva a actuar de manera impulsiva porque creo, de corazón, que lo natural es mucho mejor que lo socialmente estudiado. Y pienso que si fuéramos más naturales y espontáneos, las relaciones y la comunicación ganarían muchos enteros.
Y así andamos. 
Entre intensa de la vida y Mafalda a los 40. 
La cuestión es estar metida en algo. 
Eso sí. Siempre con pasión. 
Que si no la vida es muy aburrida. 😉😂

martes, 6 de junio de 2017

¡BORREGOS!


Hoy he leído un artículo de hace unos días que me ha fascinado. 
Es una noticia sobre algo que ha ocurrido en un instituto británico y que me ha hecho pensar si habían cambiado de fecha el April Fools Day. Pero no. La verdad, desconocía que un sujetador pudiera tener tanto poder, o mejor dicho un "no sujetador". Podéis leerlo en el enlace que os dejo:

http://www.lasexta.com/noticias/sociedad/instituto-expulsa-alumna-sujetador-clase-porque-podria-distraer-profesores_201706035932f1db0cf2639184570d78.html

A esto le añado el recibimiento que me ha dado un grupo de machitos ibéricos de entre 40 y 50 años de edad ¿adulta? en mi antiguo barrio, cuando esta mañana llegaba a la consulta del dentista. La suerte de llevar gafas de pasta tipo mosca es que puedes mirar, con odio, sin que te vean. Lo que no se disimula son las ganas de vomitar que me han entrado ante los comentarios de esa panda de borregos carajilleros matutinos, apoyados en la barra externa del bar, con cara de cerdos y mirada sucia: "¡Xe, tú mira 'eso'!" / "¡Yeeee, buenos díaaaaas!" / "Yo a ésta me la llevaba" / (en respuesta al anterior) "¿Y qué hacías con la tuya?"... Y una lástima haberme perdido el resto, oiga, porque me han abierto la puerta pronto. ¿"Eso"? Perdona, ¿qué soy, un vestido con patas? ¿"Llevarme" a dónde? Será si me da a mí la gana, ¿no?
Lo que más me revienta es que mi reacción ha sido la de pasar de largo e ignorar su conducta asquerosa. Después, conforme pasaban los minutos y esperaba mi turno en la consulta, me iba subiendo la rabia por la garganta y me he arrepentido, y mucho, de no haberme girado y haberles dedicado mi mejor sonrisa y mi mejor corte de mangas. ¡Borregos!
¡Que estamos hasta los ovarios, ya, leñe! ¡Que ya va bien! 
¡Que no somos ni ganado, ni objetos, ni muñecas hinchables! 
Que la mujer no se viste pensando en provocar a nadie, joder. Que vestimos como nos viene en gana, por comodidad, disfrute o vete tú a saber qué. Pero no nos levantamos por la mañana y elegimos el modelito según a quién queremos escuchar soltando la burrada o según de quién queremos recibir la mirada escáner. 
No señores. Y NO SEÑORAS. Que solemos ser las peores con diferencia.
Que cada cual vista como le salga del coco. Entendiéndose coco como la parte del cuerpo que quiera cada uno.
Que lo que habrá que ir haciéndose mirar, en estos tiempos que corren, es justamente el afán de juzgar a la mujer por su manera de vestir, la cosificación progresiva del género femenino y la hipersexualización de las niñas y, sobre todo, que siglos después, se siga pensando en la mujer como la que provoca con sus actitudes y sus vestimentas. 
Que sí, que vale, que somos animales y en la naturaleza las hembras despliegan sus más vivos colores y bla bla bla para atraer a los machos. Ya, almas de cántaro, pero es que nosotros, supuestamente, somos animales racionales, con todo lo que eso conlleva. Y las mujeres, así, en general, no elegimos la ropa según si estamos en celo o no.
¡Borregos! Los profesores de instituto que podían distraerse porque su alumna no llevaba sujetador, y borregos los carajilleros de esta mañana. Y borregos todos los que seguimos permitiendo que la manera de vestir se entienda como una provocación y no como un gesto rutinario de lo más normal. ¡Viva la libertad de expresión! Borregos quienes juzgan según el corto o el largo de la prenda. Borregos los que creen que son mejores profesionales por ir más tapados o con ropa más "formal". Borregas las mujeres que critican a otras mujeres por su ropa, demostrando así que no hemos avanzado mucho en todo este tiempo y que seguimos dándole importancia a lo que no es importante.
A estas alturas de mi vida le doy mucha más credibilidad a una persona que habla con respeto a sus iguales que a una que va en traje chaqueta. No miro el envoltorio; gracias al cielo, mi padre me enseñó a ver la esencia. Porque, de momento, no he encontrado ninguna regla aritmética en la que el nivel de inteligencia o respeto sean el resultado de según qué combinación de prendas o ropa lleves.
Y no hablamos de gustos. Ojo. Aquí cada cual es libre. Hablamos de que se ha normalizado el hecho de que el cuerpo de la mujer sea objeto de deseo, en el ámbito que sea y de la manera que sea. Hablamos de que, como en la Biblia, donde cuentan que la culpa de que Adán mordiera la manzana fue de Eva, la culpa de que un hombre actúe como un borrego es de la mujer que tiene delante. Que el pobre Adán, de neurona y media, no fue capaz de decirle no a una tía en bolas que lo tentó. ¡Anda ya! 
A tomar fanta señores.
Déjense los carajillos y beban agua con gas.
Y, sobre todo, memoricen si son capaces: NO VESTIMOS PENSANDO EN EL MIEMBRO VIRIL, NI EN LAS NEURONAS QUE MUEREN POR CONSTIPADO POR EL CORTO DE NUESTRA FALDA (porque eso es sólo una leyenda urbana, créanme). Vestimos pensando en nuestros gustos, nuestras apetencias y poco más. Que les aseguro que el arrancón matutino no nos da para tanto.
Así que, relánjeseme... Y vivan y dejen vivir. ¡Con o sin sujetador! Que ni la inteligencia ni el respeto entienden de copas.

lunes, 5 de junio de 2017

Que la vida son dos charcos

Si has tenido la suerte de caer a este lado de aquí, de tener un lugar cómodo en el que acabar el día, de cruzarte con una cara amable al menos una vez en tu jornada... ¿Qué haces que no sonríes?
La vida es para tomársela menos en serio, porque hoy estás y mañana ya no. Que tú no decides. Bueno, ni yo tampoco. Que esto va de suerte. Y la suerte ya está echada. Las casualidades no existen y las señales están a la vuelta de la esquina, dándote en los morros cuando aún andas quitándote las lágrimas del último sofoco.

Si tienes la suerte de sonreír y sentir que te devuelven la sonrisa, entonces no sé qué haces ahí inmóvil, sin salir ya mismo a la calle a gritar a los cuatro vientos que la vida te sonríe en forma de persona bonita. Que quizás no sea para siempre, porque a veces las personas bonitas también se quedan afónicas. Y su voz deja de gritar durante unos cuantos días, hasta que alguien se les cruza y tuerce la boca hacia arriba. Y es el pez que se muerde la cola, el ciclo del agua, todo vuelve a empezar.

Si tienes la suerte de estar vivo... ¿Por qué narices no dejas de hacerte preguntas y sales de una puñetera vez en busca de las respuestas? ¿Por qué esperas a que la suerte venga a verte, a que las cosas sucedan, a que te elijan a ti, a que sea tu turno? ¿Por qué callas cuando mueres por soltar verdades? ¿Por qué tienes miedo a sentirte tan vivo?

Si tienes la suerte de poder elegir entre no moverte y hacerlo... Haz lo que te plazca, pero que sepas que la montaña no fue a Mahoma. Que quien no arriesga, no gana. Que si lo intentas, al menos aprendes. Que si saltas sobre los charcos, en vez de evitarlos, al menos nadie tendrá que contarte qué se siente al estar calado hasta los huesos.

Si has tenido la suerte de caer a este lado de aquí... VIVE, narices. SIN REMILGOS, SIN EXCUSAS, INTENSAMENTE y SINTIENDO. Que la vida son dos charcos, y uno acaba de secarse con los primeros rayos del sol de la mañana.

Noni Medina Ibáñez

martes, 23 de mayo de 2017

DEMASIADO DE TODO


Quien no me conoce puede juzgarme rápido, como suele hacerse cuando pegamos una mirada furtiva al que llega de repente.
Quien me conoce poco puede pensar que soy exagerada en mi manera de sentir, de darme, de ser, de estar.
Quien me conoce bien me acepta como soy: Demasiado viva. 
Demasiado loca. 
Demasiado reflexiva. 
Demasiado impulsiva. 
Demasiado apasionada. 
Demasiado llorona.
Demasiado irónica.
Demasiado ácida. 
Demasiado emotiva. 
Demasiado entregada. 
Demasiado cabezota.
Demasiado bruta.
Demasiado sensible.
Demasiado justa.
Demasiado tenaz.
Demasiado ilusionada.
Demasiado madura.
Demasiado niña.
Demasiado borde.
Demasiado movida.
Demasiado solitaria.
Demasiado expresiva.

Demasiado en general.

Demasiado de todo. 

¿Sabes por qué? 

Porque un buen día quieres abrazar y no puedes. 
Porque un buen día quieres llamar y no está. 
Porque un buen día todo se para y el mundo no gira igual, va a ralentí, como de prestado, por inercia.

Y ese día ya es DEMASIADO tarde para todo.

Así pues... No pediré disculpas por ser demasiado yo. Pero si daré las gracias por quienes, a veces, también son DEMASIADO, porque son justo ellos quienes me hacen seguir creyendo en la magia. 😉

¡GRACIAS! 😊



WONDER WOMAN

Ésta debería ser la camiseta oficial de todas las MUJERES que apoyan a las mujeres.
Las mujeres que respetan a las mujeres. Empezando por no opinar sobre su físico, su ropa o su maquillaje.
Las mujeres que miran con respeto a sus iguales, y por eso viven y dejan vivir.
Las mujeres y madres o mujeres no madres.
Las valientes, las luchadoras, las que salvan cada día.
Las que mueven montañas.
Las que persiguen sus metas hasta conseguirlas.
Las que van sobradas de alma.
Las que saben decir no, pero no tienen miedo a decir SÍ.
Las que hacen que el mundo gire.
Las MUJERES, así, con mayúsculas.

Noni Medina Ibáñez

jueves, 11 de mayo de 2017

Contador a CERO


Hay días en los que te caes del burro.
Con todas las de la ley. En plan caída libre. No sé si me entiendes.
Porque hace viento. O porque no. Qué más da.
Es cuestión de inercia. Todo lo que sube, acaba bajando. Y claro, cuando llevas un tiempo arriba, la bofetada es de las que hacen ruido.
Hay días en los que intentar entender qué mueve el mundo es una putada. Una putada que te deja dolor de cabeza y principio de úlcera. Poco más, que ya es bastante. 
Y es justo en esos días cuando descubres que si el mundo gira es porque no tiene más remedio. Porque si dependiera de que los que lo habitamos nos pusiéramos de acuerdo, directamente no se movería. Es más, echaba raíces fijo.
Hay días en los que ir a tu puñetera bola no es nada comparado con lo que hace el resto del planeta, que va a su bola puta. Así, en soez. Para que nos entendamos. Que si vamos con remilgos hay quien gira la cara y mira al vecino.
Hoy ha sido uno de esos días en los que he sentido pena por la humanidad, así, en general. Porque he vuelto a caerme del burro. He vuelto a darme cuenta de que cuando tú vas, el resto ha ido y ha vuelto. Sin avisar, eh, que eso ya no se lleva. 
Hoy me he vuelto a creer que puedo hacer el mundo un poquito mejor, hasta que me he estampado.
Y con la caída, he abierto bien los ojos. Y he visto que no. Que no es cosa ni del viento, ni de la lluvia, ni del sol.
Que al final de la partida, ni somos todos los que estamos... Ni estamos todos los que somos.

Hay días en los que te caes del burro. 
Y REaprendes. 
Aunque duela. 
Y viene bien, ¿sabes? 
Porque así pones el contador a CERO. 
Y empiezas de nuevo a jugar. 
Pero con fichas distintas.

sábado, 22 de abril de 2017

A mí un descafeinado, por favor

Pues la vida va de esto. 

De un día arriba y dos abajo, o dos arriba y uno abajo. 

Unas veces derecha, otras izquierda.

A veces blanco, otras negro, y en su mayoría gris y amarillo.

De decidir a cada rato. Cada día. Por aquí o por allá. Desde que te levantas hasta que te acuestas.

Si mar, montaña o ciudad. 

Si ayer, hoy o mañana. 

Si tú o yo o nosotros.

Si estudias o trabajas o ninguna de las dos por falta de medios o experiencia.

Si de pie o tumbado.

Si café normal o descafeinado. 

Pues, ¿sabe qué?, como la vida ya viene cargadita de sustancia, de ésa que te chutas en vena sólo con abrir los ojos ante ciertas situaciones o personas, de la que te deja mirando dragones de colores cuando lo que necesitas es ver en blanco y negro para poder sentar base... 

A mí póngame un descafeinado, por favor. Que la cafeína ya la llevo de serie. Gracias. 

domingo, 16 de abril de 2017

Brujas. Feministas. Mujeres

Hay unas mujeres que pisan fuerte cuando caminan. Que miran al frente sin miedo al horizonte. Que sonríen con seguridad con la boca y con los ojos. Que cuando hablan dicen verdades. Que son tan dulces como firmes. Tan fuertes como vulnerables. Tan valientes como temidas. 

Hay unas mujeres a las que los hombres parecen tener miedo. Son ésas que están tan seguras de sí mismas que no necesitan los piropos masculinos, ni sus miradas de aprobación, ni gustar al sexo opuesto, sólo a su propio juicio. Son ésas cuyos sueños son tan grandes como los de cualquier hombre porque quizás los soñaron primero. Son las que viven decididas a cambiar el mundo a golpe de igualdad, equidad y equilibrio. Son las que no se achantan ante un contrario masculino porque se saben al mismo nivel. Las que no necesitan la fuerza física, aun teniéndola, porque prefieren usar su inteligencia.

Hay unas mujeres que quieren decidir por ellas mismas sobre su vida personal, su vida laboral y su maternidad o no maternidad. Que saben lo que hacen y respetan que otras quieran cosas diferentes, porque sólo buscan respeto, ni siquiera comprensión. Son mujeres que luchan para que les dejen ser personas, más allá de su sexo y condición femenina, sin que eso conlleve que no estén orgullosas y felices de ser, ante todo, mujeres, más bien al contrario.

Hace unos siglos se les llamaba brujas. 

Hoy se les tacha de feminista​s exageradas o feminazis histéricas.

Yo creo que son simple y enteramente MUJERES, no importan los tiempos.

Quizás, hace siglos, este texto y quien lo escribe habrían ardido en la hoguera. 
Por bruja, por feminista... Por mujer.

sábado, 8 de abril de 2017

Con una sola chispa basta

Una sola chispa puede provocar un incendio. 
A no ser... 
A no ser que uses el extintor de tu sonrisa. 
Ésa, sí, la misma que arde o congela, según momento, según quién y según tu estado.
Una sola chispa puede morir sin hacer brasas. 
A no ser... 
A no ser que tu sonrisa sea ésa.
La que incendia cada día todo cuanto miras. 
Entonces.
Entonces arde la mañana. Aunque llueva. Aunque haga gris oscuro. Aunque no quiera. Aunque no quieras.
Y la chispa se vuelve a encender sin remedio en medio de la normalidad más absoluta. 
Y vuelta a empezar.
Porque, a veces, con una sola chispa basta.

Noni Medina Ibáñez


martes, 4 de abril de 2017

Sólo... RESPIRA

Estamos cansados de escuchar y leer que la felicidad se mide en momentos. Estar constantemente feliz parece imposible porque la vida nos pone continuamente a prueba.
La felicidad es una actitud. Cada vez que las circunstancias nos dejan en medio del pantano, nosotros elegimos cómo tomarnos la situación. Podemos recomponernos después del primer choque y decidir seguir como si nada, o podemos tirar la toalla y hundirnos del todo. 
Todos tenemos momentos buenos y momentos peores, que varían según nuestro estado de ánimo, nuestro entorno y nuestra situación personal.
Con la edad la proporción entre fuerza y cansancio a veces es casi perfecta, somos tan fuertes como cansados estamos de determinadas complicaciones. Y ahí entra en juego la actitud.
Es por eso que, aunque nuestro espíritu a veces sea el mismo que el que teníamos cuando más jóvenes, ahora tenemos la capacidad de poner en la balanza si hay algo por lo que vale la pena arriesgar o mejor nos quedamos como estamos, que bastante tenemos con lo que de normal se nos viene encima. Pero, una vez más, entra en juego la actitud: podemos lanzarnos al vacío con la confianza de que, al menos, habremos aprendido algo, o quedarnos quietos y ver la vida pasar, acompañada de las oportunidades y de las personas por las que no nos atrevimos a saltar.
Es justo por esto, también, que hay lunes muy lunes, pero también martes muy martes. Porque no es el día, son las circunstancias, los baches y nuestra actitud ante ellos.
Necesitamos parar y permitirle al cerebro no pensar y quedarse en "pausa", al corazón dejar de amar incondicionalmente para dedicarse sólo a nosotros, a la sonrisa echarse una siesta, a nuestro cuerpo congelarse para luego reiniciarse partiendo de cero.
Hay veces en las que sólo necesitamos hacernos un ovillo en medio de la nada, mientras los rayos del sol calientan nuestro aislamiento. Hay veces en las que sólo necesitamos reecontrar el punto de partida para poder seguir avanzando casillas y llegar con éxito a la última de todas.
Hay veces en las que nuestra necesidad no va más allá de un: "SÓLO... RESPIRA" para poder continuar y seguir viviendo.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Colgada

Me cuelgo de las personas de sonrisa amplia, de las galletas con frutos rojos y chocolate blanco, del yogur griego con fruta y semillas, del color del cielo incluso cuando está gris, del sonido de las olas rompiendo en la orilla, de los mil tonos del mar según la luz y el color del cielo, del silencio que lo llena todo, del chocolate amargo que se deshace lento en la boca, del ácido del limón, de lo dulce de la naranja en vaso, del olor a lluvia recién estrenada, de la velocidad subida en unos patines o en la bici, de la brisa cuando remo y la sensación de libertad sobre una ola, de la adrenalina cuando me enfrento a algo nuevo, de las ganas de querer seguir aprendiendo siempre, del cosquilleo en la tripa, de una canción que escucho en bucle, de un libro, de un poema, de las plantas que cultivo, de la fruta de verano, del café calentito que apenas sabe a café, del té con leche ardiendo y sin azúcar, de las tazas bonitas de desayuno, del sol de invierno mientras leo en silencio, del alboroto de los pájaros en primavera...
Me cuelgo de las personas de sonrisa amplia, de los abrazos infinitos, de los besos apretados, de los juegos de palabras, de las críticas sinceras que no juzgan, de las miradas fuertes, de las lágrimas que caen sin control, de las manos que se buscan, de los encuentros fortuitos y los buscados, de los secretos entre risas, de las carcajadas con amigos, del amor casi animal por mis hijos, del apego a los míos, a los de siempre y los que llegan para quedarse, de las señales que me obligan a creer en lo imposible...
Me cuelgo de las personas bonitas, las cosas sencillas, los buenos ratos, los recuerdos que construyo y las ganas de vivir al límite entre la sonrisa y la risa.
Que la vida son tres días, y yo ya llevo un rato largo navegando por las aguas del segundo, en dirección al tercero, rumbo fijo.

sábado, 11 de febrero de 2017

CarNEval

Se acerca carnaval, época perfecta para, si eres mujer, lucir tetas, piernas, culo y todo lo "lucible" que pueda ser mostrado para posterior puntuación del que mira.

¿Que no? 

Haced la siguiente prueba: escribid en el buscador de google "disfraces mujeres carnaval" y observad la riqueza de imágenes. Si os gustan las tías, igual os entretenéis más de lo previsto. ¿Habéis terminado? Bien, pues ahora escribid: "disfraces hombres carnaval". Si os gustan los tíos, seguro que acabaréis mucho antes con el estudio.


¿En serio? ¿De verdad si quiero disfrazarme tengo que ir en plan "busco guerra" y enseñando más carne que un trozo de fiambre en un mostrador de charcutería? Cuando hago magdalenas en casa no salen del horno con esa pinta de busconas que sale en la foto de bajo. No recuerdo a la princesa Leia con ese aspecto tan extremadamente sugerente en ninguna de sus películas. Y no entiendo por qué, en general, todas las modelos que posan con los disfraces tienen esa pinta de calientapaquetes.

Y ojito, que soy la primera defensora de que cada mujer vista cómo y con lo que le plazca, tapando, sugiriendo o enseñando, que para eso nuestro cuerpo es nuestro. Lo que no soporto es la imposición social y cultural de la imagen de la mujer como un puñetero trozo de carne. 

La diferencia entre las fotos de disfraces femeninos y masculinos es asquerosa. Y lo triste es que si esos disfraces para la mujer se publicitan es porque se venden. Los hombres van al carnaval a pasárselo bien, las mujeres vamos al carnaval a tirarnos a todo bicho viviente sobre la faz de la tierra, o al menos a colaborar desinteresadamente con el calentamiento global. ¿Y por qué? Porque así está establecido. 

Lo peor de esto realmente no es que las mujeres compremos esos disfraces. Lo peor es que lo hagamos para sentirnos atractivas a los ojos del de enfrente. Hemos nacido entendiendo que tenemos que gustar, no gustarnos a nosotras mismas, y que nuestra imagen ha de ser sexy para los demás, porque la mujer ha de estar siempre dispuesta a agradar y lo que se tercie, que para eso enseña cacho, ¿no? Y lo grave del tema viene cuando te encuentras con disfraces para niñas que llevan el mismo mensaje que el de las adultas: provocar, gustar, exhibirse y ser objeto de comentarios, miradas y juicios.

Está claro que seguimos inmersos en una cultura en la que cualquier excusa es buena para cosificar el cuerpo femenino e hipersexualizar la imagen de las niñas. Y tan campantes, oigan. No le damos importancia porque lo hemos normalizado y continuamos normalizándolo a un ritmo de escándalo. Las niñas disfrutan pintarrajeándose como puertas e imitando las poses "sexy" de los anuncios publicitarios, las adolescentes consideran que han triunfado cuando han conseguido poner burro al compañero de clase enseñando el tanga o todo el culo. En ningún momento se plantean la inteligencia y el humor como armas de seducción, eso queda para las feas y empollonas. Donde esté un buen trozo de carne que se quite un buen cerebro.

¿Os imagináis que el año próximo repito la búsqueda y me encuentro con la antítesis de la de hoy? Tíos medio desnudos, enseñando pecho y abdomen musculosos, marcando culos perfectos y paquetes bien rellenos. Yo no. 

Pues nada, sigamos disfrutando del carNEval como cada año, igual que seguimos haciéndolo con las campañas publicitarias y la moda en general. Continuemos alabando el mal culto al cuerpo femenino que nos imponen y permitiendo que nuestra imagen sea la de un trozo de carne fresca, expuesta en el mostrador, para que quien pase pueda opinar si es de primera o de tercera, como quien compra fiambre para hacerse un bocadillo. 





sábado, 28 de enero de 2017

SIETE

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete...
Nunca llega al diez.
El siete le gusta. 
Respira profundo y abre los ojos.
Nuevo intento.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete...
Nada.
Es llegar al siete y tener que parar.
En sólo siete segundos es capaz de reunir las sonrisas más bonitas que conoce y hacer un collage con ellas.
De esas curvas cóncavas le gusta su espontaneidad, su naturalidad, su ausencia de miedo, su sinceridad, su fuerza, su magia. Son extremadamente contagiosas y provocan un efecto reparador en su cerebro. 
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete...
Sólo siete segundos para recuperar el tacto envolvente de siete abrazos. Abrazos de ojos cerrados y curvas cóncavas. Abrazos de siete segundos que equivalen a siete años.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete...
Siete.
Segundos.
Sólo.
Siete.

domingo, 22 de enero de 2017

GIRLS (just wanna have fun)

Parece que desear, saber qué se quiere, decidir qué, cómo, cuándo y con quién nunca fue lo que habían planeado para nosotras.
Somos estupendas para ser madres, pero seguimos molestando cuando, como mujeres, tenemos claro qué nos va más, si el azúcar o la sal.
La libertad sexual y el pensamiento libre de la mujer continúan siendo tabú. Y escuchar hablar a una mujer de determinados temas, o simplemente oírla comentar con normalidad sobre ciertos asuntos, aún hoy desconcierta, escandaliza y, muchas veces, molesta.

Como bien reza la ilustración: no se nos enseña a desear sino a desear ser deseadas. Retrógrado, ¿no? Pues así sigue siendo la herencia que se nos deja en publicidad y moda. Por suerte, vamos enseñándonos cada vez más a darle la vuelta al asunto y no tener miedo a sentir, expresar, dar el paso, decidir, desear, gustarnos y aceptarnos tal cual. 

Ya sólo queda que el miedo a las mujeres de ideas claras y discurso rotundo se convierta en respeto e igualdad de condiciones.

sábado, 14 de enero de 2017

Adicciones

Me declaro adicta al sol, a la lluvia, a las sonrisas sinceras, a la gente sin dobleces, al mensaje directo, a la naturalidad de un sentimiento, a la sinceridad, a vivir el momento, a la intensidad de las miradas, al aire libre, al murmullo de las olas, al silencio, a las ganas de seguir, a la lucha pacífica por un sueño, al chocolate, al roce accidental de dos manos, a los abrazos largos con ojos cerrados, a las caricias, a los besos en la comisura, al cosquilleo en la tripa, a las carcajadas sin control, a las lágrimas a raudales, a la piel de gallina, a los aplausos espontáneos, a las carreras por los pasillos, a las locuras, a los planes que salen bien y a los que cambian de rumbo... Me declaro adicta, así, en general, a la vida.

martes, 10 de enero de 2017