Por qué lo llaman amor

Nosotras tendemos a idealizarlo todo. Ellos tienden a follarse los sentimientos.
Y así nos va.
Unas de Venus y otros de Marte. Cuando coincidimos en órbita el encuentro es místico. Cuando cada uno va a su puta bola... nadamos en el caos. Y entonces, ellos idealizan el arte de las sábanas y nosotras... Nosotras...

Amantes

Un mínimo roce del viento en mi espalda desnuda es suficiente para que la descarga eléctrica en mi piel me recuerde que estoy tan viva... que no pueda evitar pensarte...

Y convertir así en mi amante al viento.

Lo imposible

Como intentar juntar dos piezas del rompecabezas que no encajan.

Como pretender que el agua y el aceite se conviertan en un sólo líquido.

Como querer que llueva piedra con un sol radiante.

Así es el deseo de lo imposible. 

Intentas.

Pretendes.

Quieres.

No llega.

Desistes.

Y entonces... lo imposible decide mirar en tu dirección y empezar a jugar.

Ceguera temporal

De mirar sin querer ver están hechos los momentos que se pierden.

Según sea aquello que no ves, esa pérdida puede suponerte una victoria.

De mirar, viendo sin querer, se hacen los momentos que se pierden si quien mira y ve decide cegar sus ojos por demasiado observadores. 

La victoria, entonces, tal vez sea para el otro.

Café

Sonreír por corresponder o para ser correspondida. O simplemente porque soy feliz de que empiece la mañana.

Provocar un accidente de miradas sin heridos.

Recorrer el universo de deseos estancados.

Inspirar cerrando los ojos para notar mejor la primavera.

Dejar volar en mi estómago un ejército entero de mariposas de otro planeta.

Pero nunca dije que fuera a beber café sólo porque me guste su aroma.

Y sin embargo

Adoro el pensamiento de dejarme llevar por la locura.

Me ronda la idea de salir corriendo sin mirar atrás.

Ansío unas alas que me dejen volar alto y tocar el infinito.

Me despierto con las ganas de ser irreverente e irracional.

Me duermo con el pensamiento de olvidar la corrección y mandarla a paseo.

Y sin embargo... sigo madurando y lo dejo todo en las ganas y el deseo.

Valiente tontería

No eres tú, soy yo. Que me empeño en enredarme a pensar y me pierdo en el camino. Que insisto en racionalizar lo irracional y dejo sin sentido a tu espontaneidad.

No soy yo, eres tú. Que te empeñas en no pensar más allá de lo que sueltas a bocajarro. Que insistes en volver irracional a mi razón y convertirla en impulso.

No somos nadie cuando tratamos de dar sentido a esta guerra de contrariedades. Lo somos todo cuando luchamos por evitar la contradicción y disfrazarla de posibilidad.

Somos el día y la noche. El fuego y el agua.

Valiente tontería la nuestra.

La suma de los factores

Soy la suma de muchos factores.

Soy el producto del desorden ordenado.

A veces arriesgo. A veces me resguardo en lo seguro de la rutina.

En ocasiones gano. En otras lo intento.

He crecido y madurado y, sin embargo, aún ansío la inmadurez rebelde cuando me quedo a solas. A solas contigo, que soy yo. Uno de ellos. Uno de los factores. Una ínfima parte de la suma. La más chillona. Mi yo solitario. Mi yo animal. Mi yo desconectado del orden. Mi yo egoísta.

Y es que soy la suma de muchos factores. Pero sigo siendo un solo producto.