Silencio.
El de su alma.
Estruendo.
El de su calma.
Equilibrio loco.
Paz desordenada.
Intensidad parcial.
Imparcialmente perceptible.
Descanso con silencios de corchea.
Movimiento continuo.
Pausa falsa.
Falsa pausa.
Y silencio.
Y estruendo.
Un arriba y abajo arrítmicos pero programados.
Sin raíces.
Pero dejándose un poco el corazón por cada lugar que pasa.
Viviendo a caballo entre la estabilidad y la volatilidad.
Echando de menos a quienes fueron y ya no.
Soñando con tocar sus manos con sólo estirar los dedos.
Y volar.
Mirando el horizonte, jamás atrás.
Ese loco equilibrio que la ata...
Ese equilibrio loco que hace estragos en su desarraigada alma.
Y que le da vida.
Toda esa vida que le había robado la infancia.
Y que aunque no vuelve...
Al menos la besa y abraza.