sábado, 22 de abril de 2017

A mí un descafeinado, por favor

Pues la vida va de esto. 

De un día arriba y dos abajo, o dos arriba y uno abajo. 

Unas veces derecha, otras izquierda.

A veces blanco, otras negro, y en su mayoría gris y amarillo.

De decidir a cada rato. Cada día. Por aquí o por allá. Desde que te levantas hasta que te acuestas.

Si mar, montaña o ciudad. 

Si ayer, hoy o mañana. 

Si tú o yo o nosotros.

Si estudias o trabajas o ninguna de las dos por falta de medios o experiencia.

Si de pie o tumbado.

Si café normal o descafeinado. 

Pues, ¿sabe qué?, como la vida ya viene cargadita de sustancia, de ésa que te chutas en vena sólo con abrir los ojos ante ciertas situaciones o personas, de la que te deja mirando dragones de colores cuando lo que necesitas es ver en blanco y negro para poder sentar base... 

A mí póngame un descafeinado, por favor. Que la cafeína ya la llevo de serie. Gracias. 

domingo, 16 de abril de 2017

Brujas. Feministas. Mujeres

Hay unas mujeres que pisan fuerte cuando caminan. Que miran al frente sin miedo al horizonte. Que sonríen con seguridad con la boca y con los ojos. Que cuando hablan dicen verdades. Que son tan dulces como firmes. Tan fuertes como vulnerables. Tan valientes como temidas. 

Hay unas mujeres a las que los hombres parecen tener miedo. Son ésas que están tan seguras de sí mismas que no necesitan los piropos masculinos, ni sus miradas de aprobación, ni gustar al sexo opuesto, sólo a su propio juicio. Son ésas cuyos sueños son tan grandes como los de cualquier hombre porque quizás los soñaron primero. Son las que viven decididas a cambiar el mundo a golpe de igualdad, equidad y equilibrio. Son las que no se achantan ante un contrario masculino porque se saben al mismo nivel. Las que no necesitan la fuerza física, aun teniéndola, porque prefieren usar su inteligencia.

Hay unas mujeres que quieren decidir por ellas mismas sobre su vida personal, su vida laboral y su maternidad o no maternidad. Que saben lo que hacen y respetan que otras quieran cosas diferentes, porque sólo buscan respeto, ni siquiera comprensión. Son mujeres que luchan para que les dejen ser personas, más allá de su sexo y condición femenina, sin que eso conlleve que no estén orgullosas y felices de ser, ante todo, mujeres, más bien al contrario.

Hace unos siglos se les llamaba brujas. 

Hoy se les tacha de feminista​s exageradas o feminazis histéricas.

Yo creo que son simple y enteramente MUJERES, no importan los tiempos.

Quizás, hace siglos, este texto y quien lo escribe habrían ardido en la hoguera. 
Por bruja, por feminista... Por mujer.

sábado, 8 de abril de 2017

Con una sola chispa basta

Una sola chispa puede provocar un incendio. 
A no ser... 
A no ser que uses el extintor de tu sonrisa. 
Ésa, sí, la misma que arde o congela, según momento, según quién y según tu estado.
Una sola chispa puede morir sin hacer brasas. 
A no ser... 
A no ser que tu sonrisa sea ésa.
La que incendia cada día todo cuanto miras. 
Entonces.
Entonces arde la mañana. Aunque llueva. Aunque haga gris oscuro. Aunque no quiera. Aunque no quieras.
Y la chispa se vuelve a encender sin remedio en medio de la normalidad más absoluta. 
Y vuelta a empezar.
Porque, a veces, con una sola chispa basta.

Noni Medina Ibáñez


martes, 4 de abril de 2017

Sólo... RESPIRA

Estamos cansados de escuchar y leer que la felicidad se mide en momentos. Estar constantemente feliz parece imposible porque la vida nos pone continuamente a prueba.
La felicidad es una actitud. Cada vez que las circunstancias nos dejan en medio del pantano, nosotros elegimos cómo tomarnos la situación. Podemos recomponernos después del primer choque y decidir seguir como si nada, o podemos tirar la toalla y hundirnos del todo. 
Todos tenemos momentos buenos y momentos peores, que varían según nuestro estado de ánimo, nuestro entorno y nuestra situación personal.
Con la edad la proporción entre fuerza y cansancio a veces es casi perfecta, somos tan fuertes como cansados estamos de determinadas complicaciones. Y ahí entra en juego la actitud.
Es por eso que, aunque nuestro espíritu a veces sea el mismo que el que teníamos cuando más jóvenes, ahora tenemos la capacidad de poner en la balanza si hay algo por lo que vale la pena arriesgar o mejor nos quedamos como estamos, que bastante tenemos con lo que de normal se nos viene encima. Pero, una vez más, entra en juego la actitud: podemos lanzarnos al vacío con la confianza de que, al menos, habremos aprendido algo, o quedarnos quietos y ver la vida pasar, acompañada de las oportunidades y de las personas por las que no nos atrevimos a saltar.
Es justo por esto, también, que hay lunes muy lunes, pero también martes muy martes. Porque no es el día, son las circunstancias, los baches y nuestra actitud ante ellos.
Necesitamos parar y permitirle al cerebro no pensar y quedarse en "pausa", al corazón dejar de amar incondicionalmente para dedicarse sólo a nosotros, a la sonrisa echarse una siesta, a nuestro cuerpo congelarse para luego reiniciarse partiendo de cero.
Hay veces en las que sólo necesitamos hacernos un ovillo en medio de la nada, mientras los rayos del sol calientan nuestro aislamiento. Hay veces en las que sólo necesitamos reecontrar el punto de partida para poder seguir avanzando casillas y llegar con éxito a la última de todas.
Hay veces en las que nuestra necesidad no va más allá de un: "SÓLO... RESPIRA" para poder continuar y seguir viviendo.