martes, 4 de abril de 2017

Sólo... RESPIRA

Estamos cansados de escuchar y leer que la felicidad se mide en momentos. Estar constantemente feliz parece imposible porque la vida nos pone continuamente a prueba.
La felicidad es una actitud. Cada vez que las circunstancias nos dejan en medio del pantano, nosotros elegimos cómo tomarnos la situación. Podemos recomponernos después del primer choque y decidir seguir como si nada, o podemos tirar la toalla y hundirnos del todo. 
Todos tenemos momentos buenos y momentos peores, que varían según nuestro estado de ánimo, nuestro entorno y nuestra situación personal.
Con la edad la proporción entre fuerza y cansancio a veces es casi perfecta, somos tan fuertes como cansados estamos de determinadas complicaciones. Y ahí entra en juego la actitud.
Es por eso que, aunque nuestro espíritu a veces sea el mismo que el que teníamos cuando más jóvenes, ahora tenemos la capacidad de poner en la balanza si hay algo por lo que vale la pena arriesgar o mejor nos quedamos como estamos, que bastante tenemos con lo que de normal se nos viene encima. Pero, una vez más, entra en juego la actitud: podemos lanzarnos al vacío con la confianza de que, al menos, habremos aprendido algo, o quedarnos quietos y ver la vida pasar, acompañada de las oportunidades y de las personas por las que no nos atrevimos a saltar.
Es justo por esto, también, que hay lunes muy lunes, pero también martes muy martes. Porque no es el día, son las circunstancias, los baches y nuestra actitud ante ellos.
Necesitamos parar y permitirle al cerebro no pensar y quedarse en "pausa", al corazón dejar de amar incondicionalmente para dedicarse sólo a nosotros, a la sonrisa echarse una siesta, a nuestro cuerpo congelarse para luego reiniciarse partiendo de cero.
Hay veces en las que sólo necesitamos hacernos un ovillo en medio de la nada, mientras los rayos del sol calientan nuestro aislamiento. Hay veces en las que sólo necesitamos reecontrar el punto de partida para poder seguir avanzando casillas y llegar con éxito a la última de todas.
Hay veces en las que nuestra necesidad no va más allá de un: "SÓLO... RESPIRA" para poder continuar y seguir viviendo.

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