domingo, 16 de abril de 2017

Brujas. Feministas. Mujeres

Hay unas mujeres que pisan fuerte cuando caminan. Que miran al frente sin miedo al horizonte. Que sonríen con seguridad con la boca y con los ojos. Que cuando hablan dicen verdades. Que son tan dulces como firmes. Tan fuertes como vulnerables. Tan valientes como temidas. 

Hay unas mujeres a las que los hombres parecen tener miedo. Son ésas que están tan seguras de sí mismas que no necesitan los piropos masculinos, ni sus miradas de aprobación, ni gustar al sexo opuesto, sólo a su propio juicio. Son ésas cuyos sueños son tan grandes como los de cualquier hombre porque quizás los soñaron primero. Son las que viven decididas a cambiar el mundo a golpe de igualdad, equidad y equilibrio. Son las que no se achantan ante un contrario masculino porque se saben al mismo nivel. Las que no necesitan la fuerza física, aun teniéndola, porque prefieren usar su inteligencia.

Hay unas mujeres que quieren decidir por ellas mismas sobre su vida personal, su vida laboral y su maternidad o no maternidad. Que saben lo que hacen y respetan que otras quieran cosas diferentes, porque sólo buscan respeto, ni siquiera comprensión. Son mujeres que luchan para que les dejen ser personas, más allá de su sexo y condición femenina, sin que eso conlleve que no estén orgullosas y felices de ser, ante todo, mujeres, más bien al contrario.

Hace unos siglos se les llamaba brujas. 

Hoy se les tacha de feminista​s exageradas o feminazis histéricas.

Yo creo que son simple y enteramente MUJERES, no importan los tiempos.

Quizás, hace siglos, este texto y quien lo escribe habrían ardido en la hoguera. 
Por bruja, por feminista... Por mujer.

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