Nos decimos muy poco lo que sentimos.
Parece que ser emocional no se lleva o no está bien visto.
Los te quieros nos dan miedo por si el otro se los cree.
Si expresas sin reparos lo que sientes, eres moñas.
Y llorar es de blandos.
TE QUIERO.
Así
Sin tapujos.
Porque sí.
Porque no puedo no hacerlo.
Porque no pretendo evitarlo.
Porque quererte me aporta y suma.
Porque tenerte cerca es un regalo.
Porque mirarte y comunicarnos sin mediar palabra es inmenso.
Porque intercambiarnos las sonrisas y que el día cambie de gris a amarillo limón es una suerte.
TE QUIERO.
Así.
Sin condiciones.
Porque sí.
Porque no puedo no hacerlo.
Porque no pretendo evitarlo.
Porque un día nos cruzamos y se enredaron nuestros hilos, y he pasado de intentar desenredarlos.
Porque soy egoísta y quererte me hace sentir bien.
Porque compartir momentos contigo me hace crecer.
Porque me haces reír.
Porque me obligas a aterrizar.
TE QUIERO.
En plan moñas. No me importa.
En plan blando. No me importa.
En exceso emocional. ¿Y qué?
Nos decimos muy poco lo que sentimos.
Y nos olvidamos de que el amor es el motor del mundo. Que, por cierto, cada vez gira con más dificultad.
TE QUIERO.
INFINITO.
Aunque ya no se lleve decirlo...