sábado, 7 de octubre de 2017

VEINTISIEMPRE. Gracias.

La edad es un número.

La física digo. 

La edad mental, un estado.

Siempre me han puesto menos años de los que me tocaban. No sé si por mi tamaño comprimido, a lo libro edición de bolsillo.

Hoy cumplo 40. 

40 otoños. Con sus 40 inviernos, primaveras y veranos.

40 x 365 días vividos intensamente.

40 x 365 x 24 horas exprimidas al máximo.

40 x 365 x 24 x 60 minutos de los que, buenos o malos, no cambiaría nada más que la posibilidad de hacer eternos a mis padres, que no me van a ver cumplirlos, y a los que añoro cada día. Y a una buena amiga que también marchó para siempre y que, este año, por primera vez, no me enviará su mensaje de Happy Bday desde el otro lado del charco.

40 x 365 x 24 x 60 x 60 segundos disfrutados, sufridos, reídos y llorados.

Cumplo 40. Y hace ya unos cuantos que aprendí que la vida, a veces, juega malas pasadas. Hablemos en plata: a veces es puta. Y es por eso que sostengo, firmemente, que la vida es una actitud. Y me lo creo.

40 que me han hecho valorar cada oportunidad de caer, levantarme, crecer y volver a caer. Sin ayuda. O con ella.

40 que me han regalado la suerte de vivir la vida junto a personas tremendamente bonitas, y tenerlas en mi casa y fuera de ella. Personas que han ido llegando de manera discreta y casual y se han ganado una buena parcela en mi corazón, tremendamente ñoño y exagerado casi siempre.

40 que me han enseñado quién sí, quién no o quién nunca más.

40 llenos de errores, aciertos y dudas, unas cuantas.

No. Esto no es un balance, bonicos. Eso lo hacen las personas mayores. Y yo hoy cumplo VEINTISIEMPRE. Vamos, una pipiola.

Esto es sólo un texto de agradecimiento a todas esas personas que, con su paso por mis 40 otoños, han ido enseñándome de qué va esto de vivir, porque me guste su actitud ante la vida y su manera de relacionarse con sus iguales, o justo todo lo contrario. 

Y en esto de enseñarme incluyo a mis hijos, que son de los que más aprendo cada día, por irónico que suene.

Así que GRACIAS. DE CORAZÓN. GRACIAS MIL UN MILLÓN. ❤

Hay una frase que me gusta mucho y que, para mí, refleja perfecto de qué va esto de cumplir años y vivir: YOU CAN'T STOP THE WAVES, BUT YOU CAN LEARN TO SURF.

Y ahí andamos, aprendiendo a surfear. 

Que nada es casualidad, y todo pasa por algo.

A por 40 más con muchas olas. 

VEINTISIEMPRE. ¡GRACIAS! 😉

No hay comentarios:

Publicar un comentario