Contener las lágrimas duele.
Duele en la garganta.
Y en la boca del estómago.
Contener el llanto duele.
Duele en la mandíbula.
Y en la boca del estómago.
Contener un grito duele.
Duele en la sien.
Y en la boca del estómago.
La vida es exageradamente desgarradora en muchas ocasiones. Y ahí no hay remedios de botica que valgan, ni para la boca del estómago ni para cerrar la herida.
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