martes, 7 de junio de 2016

Exactamente así. Exactamente tú.

Hoy le cedo este rinconcito tan mío a El saco de Peter. Alguien especial que escribe muy bonito porque siente bonito.

"Hoy me pongo a escribir. 
Te escribo a ti. Aunque no lo sepas. 
Quizás por tanta insistencia indirecta o directa de mi "madre" que me dice que te escriba.
Quizás porque ya llevaba un tiempo queriendo expresar y no encontraba ese empujón para hacerlo; quizás porque realmente me lo pide el alma. ¿El alma? Sí. El alma. 
Es curioso como una persona puede tener tantas cosas en el alma y que sean tantas las que calla. 
Hoy me decido a hablar, a soltar lo que llevo dentro desde hace ya unos meses. No son pocas las cosas de las que podría hablar. Pero hoy me centro sólo en una. 
Hace 6 meses te conocí. Parecías alguien más, no destacabas demasiado, y quizás por eso me picaba más la curiosidad por saber más de ti.
Todo empezó inocente, suave, como si de dos niños se tratara. 
Nada importaba mientras estaba al alcance de tu mirada. Todos los problemas parecían no tener importancia. Todo parecía que se podía llevar más fácil. Todo era sencillo. Contigo era sencillo, natural, espontáneo. No había nada calculado. Sólo eran cómplices miradas, sonrisas tímidas y largas conversaciones con confianza como si nos conociéramos de toda una vida. 
Ganas de compartir incluso al final de un largo día de trabajo. 
Ganas de trasnochar entre semana sabiendo que luego nos esperaba un buen madrugón. 
Ganas de sentir, de vivir, de reír, de besar, de abrazar, de jugar, de morder, de pellizcar, de pelear para buscar esa picardía del perdón. 
Ganas de hablar, de expresar, de sacar lo que uno lleva dentro. 
Incluso contando mis más terribles miedos. Incluso contando mis más escondidos secretos. 
Incluso contando mi mayor escondido secreto. 
Y sentir que me ofrecías también tus propios miedos. 
Pero todo eso se fue. Conforme llegó, se fue sin más. O quizás sólo este aparcado.
¿Un nuevo miedo? ¿Miedo a qué? ¿A sentirte bien? ¿A estar a gusto? ¿A alejarte de aquello que inexplicablemente te hace jodidamente feliz? ¿Realmente existe la felicidad o nosotros nos encargamos de mantenerla o alejarla de nuestro lado? 
Todo estaba bien. ¿Por qué dejarlo? 
No había contratos, no había compromisos, no había nadie que lo impidiera.... 
¿Acaso había que ponerle nombre? ¿Era necesario tener que avanzar un paso más? Si todo estaba bien....¿porque cambiarlo? 
Tantas preguntas sin responder. 
Y desde entonces, te sueño cada noche. 
Y no como la típica frase que se dice, no. Te sueño de verdad. Sueños de situaciones normales del día a día. ¡Donde siempre estás tú! Siempre estás tú de la forma que mi mente desea que estés en mi vida. Pero son sólo sueños. 
Pese a todo, duró un par de meses, quizás algo más, o quizás algo menos. 
Y por ello, GRACIAS, de verdad, GRACIAS. 
Quizás nadie lo entienda, pero durante ese tiempo, por primera vez en toda mi vida, me sentí libre. Libre con alguien. Libre hacia alguien. Libre ante alguien. Libre contigo. 
No tenía que dar explicaciones pero tampoco eran necesarias. Ya se sentía todo. Siempre he vivido intentando demostrar fortaleza, afecto, amor, pasión, unión, ser alguien en quien confiar y que puedes tener en tu vida. 
Sin embargo, cuando menos importancia le das al cómo y más te expones tal cual eres, desnudando el alma, dejándote poseer sin importar el mañana... Es cuando de verdad sientes la libertad. Y tú me hacías sentir exactamente ASÍ.
¡Tú! Sí. ¡Tú! 
Tú que seguramente no leas esto. Tú, que seguramente si lo leyeras, no sabrías que soy yo. Tú, que seguramente si lo leyeras y supieras que soy yo, no sabrías que es por ti. Tú, que seguramente si lo leyeras y supieras que soy yo y supieras que es por ti, no harías nada al respecto. 
Porque seguramente si lo leyeras y supieras que soy yo y supieras que es por ti e hicieras algo al respecto, no creo que fuera lo que realmente sientes. 
Y no sabría explicártelo mejor, pero al menos lo voy a intentar: eres de esas personas que, sin ser extremadamente guapas, tienen algo que las convierte en preciosas. 
Y no te falta mucho, con cualquier cosa, sales a la calle y desprendes energía. 
Sonríes y joder.... 
Ya, ya lo sé, no es fácil que tú quieras a nadie. Hablo de querer de verdad. Pero yo al menos sé, que cuando quieres, quieres con todo el alma. Y entonces, muy mal tienen que hacer las cosas para que te marches. 
Sin embargo, alguna vez las hicieron mal. Jodidamente mal. Y ahora, ahora te cuesta horrores. No quieres una sola decepción más. Y a todo le pones pegas, excusas, huidas. Absolutamente a todo. Se le llama miedo. Bueno, tú quizás le llames escudo. 
Escudo para evitar dolor. Escudo para evitar enamorarte...
Te pedí que no te enamoraras de mí entre risas y juegos. Y tu escudo así lo cumple. Porque si te destapas por un solo segundo... Pierdes el juego. 
Al menos, gracias a eso, siempre abres tus ojos todo lo que puedes, por si acaso. Y joder.... SON PRECIOSOS."

El saco de Peter

(Gracias por compartir tus "boniteces" aquí)

No hay comentarios:

Publicar un comentario