Hay personas destinadas a encontrarse, a saber saberse, a admirarse, a quererse, a conseguirse, a desearse, a tocarse, a besarse, a amarse... En definitiva, a vivirse por amor.
Sin embargo, hay personas condenadas a encontrarse, a mirarse, a sonreirse, a soñarse, a imaginarse, a añorarse, a desearse, a no poder tocarse, ni besarse, ni amarse, más que en sueños... En definitiva, a morirse de amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario