viernes, 15 de julio de 2016

Morder la vida despacio...

Tener el valor de reconocerse animal en el plano físico.
Olvidar por segundos el raciocinio que lleva a medirlo todo, a controlarlo todo. Razón que impide al deseo tener la fuerza suficiente para cegar al pensamiento y abrir puertas que jamás antes se abrieron.
Vivir la piel como una suerte, como un refugio, como el alcance de la cima de la montaña.
Saborear el instante irracional. 
Beberse la mirada del otro. 
Besar el espacio que no queda entre los dos. 
Morder la vida despacio.

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