lunes, 5 de noviembre de 2018

Porque.

Porque sí.
Porque es lunes.
Porque empezó noviembre.
Porque hace frío.
Porque el sol de otoño es delicioso.
Porque llueve.
Porque entre nube y nube hay color.
Porque queda un rato para Navidad.
Porque llegué congelada a casa.
Porque cuando he parado, al fin, ha sido como dejarme pisar por un camión.
Porque sí.
Porque es lunes acabando o casi martes.
Porque el naranja no está tan mal.
Porque lo mejor del frío son los gorros de lana.
Porque sí.
Porque no.
Porque la mayoría de veces no es ni sí, ni no, ni blanco, ni negro.
Y porque el "quizás" y el gris combinan a la perfección con las sonrisas amplias, la esperanza, las ganas y el empeño. ¡Ah! Y con el vaso medio lleno.

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