domingo, 27 de noviembre de 2016

Irreverencia o rebeldía.

No hay nada malo en desear la irreverencia o en amar la rebeldía.

No hay nada bueno en idolatrar la obediencia o en alabar el conformismo.

Me gusta desear lo irreverente, amar la rebeldía y detestar la obediencia que proviene del conformismo y es producto de una simple caída.

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